En el «centenario» de Jorge Febles… 15 marzo, 2018
Fabio Murrieta
Vaya por delante que no es excusa que envié a Jorge Febles la cubierta de su libro y que él mismo pudo haberla corregido. No le voy a responsabilizar porque nadie más indulgente, sencillo, confiado, buena gente y humilde que él, que todavía hasta el último minuto antes de meter el libro en máquinas se preguntaba si tenía algo nuevo que decir, y si sus «revisiones heterogéneas» merecían la pena ver la luz…
La pesadilla comienza cuando Roberto Fernández llama a Jorge Febles y le felicita, sorprendido por la lucidez que mantenía «a su edad…». Matías Montes Huidobro también le llama, celoso por su parte de que siendo de su «quinta», se conservara mejor que él…
De pronto, Febles se ve inmerso en una especie de círculo borgeano, creyendo ser él y otro a la vez, asomándose a décadas desconocidas, en una especie de viaje a la semilla, habiendo nacido cuando su padre apenas conocía a su madre…
Aquí podría entonar un grandísimo mea culpa (aunque más que ‘mea’ debería ser ‘caga’ en este caso), porque en la contraportada de su último libro, en vez de a 1947, en Aduana mandamos al bueno de Jorge a 1933…
La culpa no es de Google, donde buscamos la fecha de su nacimiento, sino que voy a hacer como los cubanos llevan haciendo tanto tiempo, y se la voy a echar a los americanos… ¡¡¡que no les gusta decir el año en el que han nacido!!! Efectivamente, el primer registro que aparece de Jorge Febles en Google es el del notable arqueólogo Jorge Febles «Dueñas», y ni a mí ni a nadie de mi equipo, nos dio por sumar ni por contrastar ni por comprobar el segundo apellido. Vamos, que si el octavo patriarca se hubiera llamado como nuestro autor, hoy Jorge Febles tendría más años que Matusalén.
Gracias a Google sentimos alegría y alivio, porque el registro del ISBN en España agradece y recomienda indicar el año de nacimiento de los autores, para evitar equívocos, así que ante la indiscreción obligada del editor, o bien preguntamos directamente, a saco, directo al corazón, para que no sufra, o buscamos por otras publicaciones, webs universitarias, etc.
Y aunque esta sección está hecha como catarsis, y para alivio del sufrido editor, vaya por una vez la ira dirigida contra sí mismo (como aquel policía de mi pueblo al que todo el mundo odiaba porque siempre iba multando, y un día le pillaron circulando en sentido contrario y no le quedó más remedio que ponerse la multa a sí mismo), por bajar la guardia con algo que no me canso de decir que no se hace, que es fiarse a ciegas de nuestro buen amigo Google o de su amiga doña Wikipedia.
Gol en propia puerta, por lo tanto, y eso sí, larga vida a nuestro querido amigo y maestro Febles!!! 🙂